Mentira que te acostumbras. Uno dice que sí, pero nel. No es cierto.
La violencia que abraza la ciudad es común y es cotidiana. Es tema de conversación en cualquier lugar, es incluso, un tópico natural en los niños. Esta generación ha crecido viendo soldados y escuchando balazos. Hablan de eso como de cualquier programa de televisión. Pero no es cierto que uno se acostumbra.
Porque cuando te acostumbras a las cosas es como si dejaran de importarte. Las haces o las dejas de hacer en automático y no te causa problema alguno. Sin embargo, uno no se acostumbra a escuchar balazos. Cada vez se siente ese encogimiento en la panza. Cada vez se siente ese frío que te recorre el cuerpo. Y tratas, casi siempre, de hacer que no pasa nada. Y tratas, casi siempre, de hacer como que sigues con tus cosas. Pero por dentro te cagas machín. Te da miedo. Sientes pena por ti y por los demás por vivir así. Sientes impotencia. Sientes coraje y sientes hartas ganas de llorar.
Y ves a quienes no ocultan su miedo, a los que se tiran al piso o se ponen de espaldas a una pared y hasta te burlas y les dices: ¡Ay, ya, no es para tanto. Nomás son balazos”. Pero por dentro dices: “Shingado, estoy igual de asustado que tu, pero no voy a ceder. No voy a darle cancha abierta al miedo”. Entonces le dices que tu ya estás acostumbrado a eso.
Pero cuando los vidrios truenan o se rompen por el sonido de una bazuca. O cuando escuchas el golpe seco de un carro y luego el PUM.PUM.PUM. duro, cortado, sin eco… es un abrazo helado. Y nadie se acostumbra a un abrazo helado.
Así que la próxima vez que me preguntes si ya me acostumbré a estar en esta ciudad y te diga que sí, y te asegure además que no es para tanto, que nomás son balazos, ya sabes lo que pasa.
3 comentarios:
Bravo.
Gracias por escribir lo que siento sin que te lo haya contado.
我只是想尽快作出评论说,我很高兴我找到了你的博客。谢谢
NUNCA ACOSTUMBRARSE!!!
SALUDOS CORDIALES DESDE MONTENARCO,
PERDÓN! MONTERRANCHO,
PERDÓN! MONTERREY.
Publicar un comentario