octubre 05, 2010

Refritos 2.0


Ante la inusitada ola de reclamos y peticiones que urgen la actualización de este blog, y ante la carencia absoluta de imaginación en estos días, me veo en la penosa (pero efectiva) necesidad de sacar del baúl de los recuerdos esta pintoresca y embriagante historia. Al fin que para muchos esto será nuevo y para otros será harto nostálgico.

Pinche Gobierno

Al lado del MUNDO R hay un bar. No un bar en donde las morras se ponen chaquiritas y brillos en la cara. No. Un bar…Cantina, pues. Con puertas de madera pintada de azul (como la muñeca, pero sin su canesú) que se abren de par en par sin distinción. Puertas, digamos,
democráticas.
Cuando iba a la tiendita de doña cuca (muy puta por cierto…doña cuca, no yo) podía escuchar el tintineo de los vasos de cristal levantándose en aras de la salud de alguien. Reconozco que mi corazón se llenaba de envidia…de la mala, de cuál otra va a ser?
A veces, coincidía mi regreso con la entrada triunfal de algún ansioso parroquiano en busca de dios. Hombre con la mirada fija en la gloria que lo esperaba a pocos pasos.
Entraba quitando el espeso velo azul y se alcanzaba a ver un "anafre" en donde se quemaban las pepitas. Se escuchaba también a los viejitos cantando al son de una igualmente vieja (y desafinada) guitarra.
En esos breves segundos en que las puertas de madera me permitían ser testigo del OTRO MUNDO, se alcanzaba a ver también a las meseras llenas de carnes. Rebosantes. Con faldas cortas, medias brillosas, zapatos de tacón (porque así, las nenas se ven mejor) y cabellos alborotados y llenos de super punk.
A veces, pocas veces, el destino me permitía presenciar la caída de algún grande. Y es que los escalones de la entrada no son del todo prácticos y hay quienes dan su mal paso sin necesidad de tanta pasión.
Era entonces cuando los curiosos dejaban por un momento su letargo alcohólico para presenciar la función del águila que cae…así podía yo darme cuenta de que las paredes están llenas de cochambre. Que el piso tiene cuadros que dan la impresión de que un día fueron rojos y que los manteles de las mesas tienen flores marchitas de tanto que les
tocan una y otra otra vez la que se fue...
Pero hoy todo acabó. Fui a la tienda y unas enormes letras negras sobre fondo blanco me dieron justo en medio de la frente. CLAUSURADO.
No por favor! Por qué a mi, Dios, por qué??
Por un momento no supe de mi. El tiempo se detuvo. Contuve la respiración para ver mejor (por alguna extraña razón veo mejor así…debería hacerlo más seguido). NO-PINSHES-MAMES, pensé.
Mi único consuelo fue que no era la única con el mal pensamiento rondando como zopilote sobre la carroña…con pequeñas letras garabateadas en color rojo alguien se me había adelantado y escribió sobre el fondo blanco: "Pinche gobierno". 
Estuve de acuerdo y cual vándalo sinaloense, saqué mi marcadorcito del Office Depot y agregué: "Neta que si". 
Fui feliz.
Besos de negra sin clausura

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