julio 17, 2010

De los ladrillos rotos...


En Pedro Páramo, una de mis novelas favoritas, llega un momento en que Juan Preciado se da cuenta de que todos en Comala están muertos. Juan Rulfo escribe sobre la muerte y aún así el relato es hermoso. En la vida real, hablar/escribir de la muerte no tiene tanto encanto.

Si era niña (y era), yo quería que se llamara Sofía. Fernando prefería Victoria. Ambos concluimos que los dos nombres juntos no combinan, entonces no decidimos. Ahora habrá tiempo para repensarlo. Para volver a estar indecisos.

Para muchos (para mi), escribir es la mejor (única) forma de curarse. Es la mejor (única) forma hacer que las heridas se hagan costra. De sacar eso que te duele, exprimirlo, extenderlo en una hoja blanca y dejar que se seque poco a poco… Es la mejor (única) forma de dejar de ser un ladrillo roto en una barda desecha.


4 comentarios:

ROSSY dijo...

estoy consternada y nada de lo que escriba te hara sentir mejor pero nada pierdo con intentarlo
el tiempo de dios es perfecto tal vez no era su tiempo solo el sabe pero ten seguro que dios te regresara a tu angelito cuando el considere el momento adecuado dios los bendiga

Anónimo dijo...

fuertísimo abrazo y un beso al cielo...

Anónimo dijo...

Es cierto, Dios sabe lo que hace y es tan buena onda que no se enoja cuando nos encabronamos con él y lo cuestionamos por los carajos motivos que nos hace lo que nos hace... lo curioso es que siempre encuentra el momento para darnos la respuesta.
Un abrazo a ambos dos, se les quiere.

Gera

Unknown dijo...

La Sofi llegará, hermana, no lo dudes...